martes, 2 de mayo de 2006

Acto del 1 de Mayo 2006 en Plaza Lorea

Documento de los movimientos de desocupados
Acto del 1 de Mayo 2006 en Plaza Lorea

Hoy en Plaza Lorea, como en tantas otras partes del mundo, estamos reunidos para conmemorar el 1° de Mayo, Día Internacional de Lucha de los Trabajadores.

En esta plaza donde en 1890 se hizo el primer acto de la clase trabajadora unida. La misma plaza y el mismo día en que el comisario Ramón Falcon en 1909 ordenó la represión cuyo saldo fueron 5 compañeros asesinados generando un alzamiento obrero que duro una semana.

Para nosotros, movimientos de lucha surgidos de la protesta de los trabajadores desocupados, es una alegría ser parte de una jornada de unidad con los trabajadores ocupados. Y más si éstos expresan a parte de los sectores clasistas y combativos del movimiento obrero de nuestro país.

Durante el ultimo año y medio los desocupados hemos sentido que no estamos solos en la calle. Las luchas de los trabajadores ocupados, por aumento de salarios, por mejores condiciones de trabajo, contra la precariedad laboral y la burocracia sindical han derivado en medidas masivas que nos marcan el norte para la lucha social. Junto a las luchas populares y estudiantiles.

Somos parte de la misma clase obrera que junto a los estudiantes y la juventud empobrecida ha frenado en Francia a la flexibilización laboral, la misma clase que en Latinoamérica y el mundo entero no deja de salir a las calles y hacer huelgas para mejorar sus condiciones de vida, enfrentando al imperialismo, a los patrones y a sus gobiernos.

Porque son ellos los que hace 30 años convocaron a los milicos para asesinar a una generación de luchadores; son los que nos enchufaron la fraudulenta deuda externa, son ellos los que nos robaron nuestras conquistas laborales históricas, logradas con décadas de lucha; son ellos los que destruyeron el país privatizándolo todo, dejándonos sin trabajo y arrojando a millones de nosotros a la más espantosa pobreza.

Son también ellos los que han venido desde siempre saqueando nuestros recursos naturales, para hacerse cada día más multimillonarios y poderosos. Nunca les ha importado depredar zonas enteras, como sucede actualmente en Salta con las petroleras; o contaminarlo todo, como ya lo habrían hecho en el Río Uruguay, si no se hubiera opuesto un pueblo movilizado.

Nada ha cambiado. El gobierno de Kirchner hace mucha demagogia, habla de los derechos humanos para atrás, mientras manda a reprimir y encanar a los petroleros en huelga en su propia provincia.

Luego de casi tres años, el gobierno de Kirchner, continúa aplicando un modelo económico y social que favorece a los sectores más concentrados de la economía, los grandes grupos económicos, las empresas privatizadas y los acreedores externos; condenando a la mayoría de los trabajadores y el pueblo a la desocupación, la pobreza y al hambre.

En lugar de atender las necesidades más urgentes de nuestro pueblo; el trabajo, la salud, la educación; este gobierno, con el enorme superávit comercial ha preferido pagar de manera “ejemplar” la maldita e ilegítima deuda externa, con cifras millonarias.

Mientras las grandes empresas multinacionales se llevan del país miles de millones de dólares y se apoderan impunemente de nuestros recursos energéticos y naturales como el agua, la tierra, el petróleo; en los barrios se profundiza la miseria de nuestro pueblo.

Los bajos salarios, la precarización laboral, son una pieza clave para la continuidad de este modelo, al igual que la desocupación, un drama estructural que sólo podrá superarse mediante una profunda transformación de la sociedad.

La precariedad laboral reina en todo el país. El trabajo que hay es en negro. Los salarios son miserables. La mitad de los trabajadores no cubren sus necesidades más elementales. Los desocupados seguimos siendo millones, condenados a vivir prácticamente con nada.

En este contexto, se ha dado en nuestro país un importante avance en las luchas de los trabajadores ocupados, donde resultaron decisivos el surgimiento y la paulatina articulación de nuevas experiencias, marcadas por un perfil netamente clasista y antiburocrático.

Los trabajadores telefónicos, del subte, ferroviarios, docentes y los petroleros de Las Heras, nos demuestran que a partir de la lucha y la organización es posible obtener importantes victorias pese a la complicidad de la burocracia sindical con las patronales y el gobierno.

El hambre, la pobreza y la desocupación; temas sobre los que nada dicen los grandes medios de comunicación cómplices del gobierno; constituyen el problema más grave de la Argentina y requieren soluciones urgentes.

Esta realidad que pretenden ocultar las estadísticas oficiales se hace carne en millones de compañeros y compañeras que continúan desocupados y no tienen siquiera acceso a los programas asistenciales. Como en junio de 2002, el monto de los planes de empleo sigue siendo de 150 pesos, una cifra vergonzosa, que es un 37 % de la línea de indigencia.

Por eso las luchas continúan y se extienden a lo largo de todo el país poniendo en evidencia el verdadero carácter del gobierno de Kirchner, que ante la organización y la protesta popular no duda en defender los intereses de las grandes empresas, reprimiendo a los trabajadores y encarcelando a los luchadores populares.

Las organizaciones de desocupados, ratificamos en este acto nuestra identidad de clase, por eso no nos cansaremos de decir, cuantas veces sea necesario, que los trabajadores desocupados también somos portadores de nuestra fuerza de trabajo, a quienes el sistema niega su compra. Y como somos millones, nuestra existencia condiciona el trabajo y la paga que reciben todos los compañeros trabajadores que tienen un empleo asalariado.

Porque hay muchos desocupados, el capital se permite hacer trabajar a la mitad de los trabajadores ocupados diez, doce o catorce horas por día, pagándoles en negro y sin reconocerles ningún derecho ni protección social.

Porque hay muchos desocupados, muchas empresas capitalistas condenan al trabajo esclavo a trabajadores inmigrantes, que duermen en “cama caliente”.


Porque hay muchos desocupados que reciben mensualmente 150 pesos miserables, el salario medio de los que trabajan en negro no supera los 500 pesos. Y el salario de los trabajadores en regla apenas pasa hoy la "línea de pobreza".

Porque hay muchos desocupados y el salario no alcanza para llegar a fin de mes, a muchos trabajadores en blanco se los obliga también a trabajar en jornadas que exceden el límite legal, o durante los domingos y feriados, sin abonarles horas extras.

Ser hoy un trabajador, un activista, un militante o un dirigente clasista significa tener en claro todo esto. Saber que las necesidades, los intereses y el destino de todos y cada uno de los trabajadores, desocupados y ocupados, en negro o en blanco, regulares y esclavizados, están estrechamente ligados entre sí.

Ser clasista hoy significa comprender que no alcanza con pelear por un aumento salarial en un gremio particular. Ni con adherir a la lucha de otros gremios, corriendo detrás de cada conflicto reivindicativo, o cada lucha sindical. Ni con suscribir programas llenos de reivindicaciones particulares.

Tampoco alcanza con que las organizaciones o los activistas sindicales salgan a apoyar la lucha reivindicativa inmediata de los desocupados. Aunque, hasta ahora, esta experiencia nunca se ha dado. Lo que ha pasado es lo contrario.

Ser clasista hoy significa construir activamente la unidad de clase de todos los trabajadores, de todos los que sólo tienen para vender su fuerza o capacidad de trabajo y no pueden explotar el trabajo de otros.

Ser clasista hoy significa escuchar atentamente a nuestro pueblo, ser sensible a sus necesidades. Pero también combatir las falsas representaciones del mundo, muy convenientes a nuestro enemigo de clase.

Ser clasista hoy significa no encerrarse en posiciones sectarias ni dogmáticas ni ver el enemigo principal en donde está nuestro compañero de clase.

Ser clasista hoy, en definitiva, significa para nosotros buscar, encontrar, propagandizar, y pelear por objetivos vitales comunes y concretos de todos los trabajadores, desocupados, subocupados, tercerizados, precarizados, esclavizados, en negro y en blanco. Como, por ejemplo, la reducción general de la jornada de trabajo a seis horas, sin disminución salarial. O la regularización de todos los trabajadores.

Sólo con la unidad de los trabajadores ocupados y desocupados, organizados de manera independiente de cualquier cosa que huela a los patrones, lograremos avanzar en nuestras reivindicaciones y construir el poder popular que nos acerque al objetivo del Cambio Social.

Nuestros sueños de igualdad son un dolor de cabeza para los poderosos. No alcanza con “superar la línea de indigencia” , “ganar un poco más” o “ser menos pobres” Nosotros luchamos por todo, por algo realmente grande, por una sociedad en la que no existan explotadores ni explotados.

• ¡Viva la lucha de los mártires de Chicago!
• ¡Vivan los mártires de la semana roja de 1909!
• Vivan todos los compañeros caídos en la lucha.
• Por aumento general de salarios sin resignar conquistas
• Por Trabajo para todos. Jornada laboral de 6hs sin rebaja salarial.
• Por la universalización y el aumento de los planes sociales
• Por la inmediata libertad de todos los presos políticos
• Por el desprocesamiento de los luchadores populares

1°/5/2006

FOL (Frente de Organizaciones en Lucha)
FPDS (Frente Popular Darío Santillán)
MTL Rebelde
MTR La Dignidad
Mesa Coordinadora Barrial de Moreno
UT doch
MST-TV
TODU
MITOD
MTR 12 de abril
MTD Aníbal Verón