45 días bancando la toma de Sociales. 45 días afirmando que podíamos ganarle al kirchnerismo y a sus expresiones derechistas en la facultad. 45 días afrontando el boicot más grande perpretado contra cualquier lucha de la facultad, en el que participaron la gestión, numerosos profesores y ciertas agrupaciones estudiantiles. Y LO LOGRAMOS
El movimiento de Sociales quebró a la perspectiva de confiar en instituciones que no se hacen cargo de los problemas. Y así conseguimos hacer avanzar el edificio único. El movimiento de Sociales quebró el macartismo que promovían agrupaciones y docentes. Y conseguimos consolidar la organización estudiantil. El movimiento de Sociales quebró la extorsión de la gestión. Y conseguimos disipar los miedos que se trataban de imponer, sosteniendo nuestras reivindicaciones. El movimiento de Sociales no sólo consiguió un triunfo histórico para la facultad, sino que volvió a dar cuenta de que el único camino es el de la lucha.
Ese camino de lucha no fue sólo una perspectiva discursiva. Fue un trabajo que encaramos desde el comienzo del conflicto asumiendo el lugar que tenemos como conducción del Centro de Estudiantes. Combatiendo las oscilaciones. Planteando una perspectiva clara y una línea de intervención coherente a lo largo de todo el conflicto. Trabajando por la consolidación de un frente único de lucha; dando los debates necesarios: sin mezquindades, sin sobreactuaciones, sin especulaciones electorales.
La gestión de la facultad quería que nos aislemos y desgastemos. Nuestro triunfo fue posible porque resistimos a su boicot y logramos sacar la toma a la calle de una manera contundente. Sabíamos que había que estar en la calle. Lo propusimos siempre. Y fuimos logrando medidas cada vez más efectivas. Marchas, cortes, escarches, acampe con bloqueo, toma del ministerio. Fuimos consolidando una perspectiva y fuimos ganando en potencia. La fuerza de este movimiento no está sólo en su inédita masividad, sino en la radicalidad que pudo imponerse como perspectiva de triunfo. Esa masividad y radicalidad superó a muchas corrientes que apostaron a un conflicto más “normal” (incluso ayer mismo). Y fue esa, sin embargo, la carta del triunfo.
Ganamos el tercer pliego del edificio y refacciones para las sedes. El gobierno firmó el compromiso de asignar una partida de al menos 20 millones para comenzar las obras de la tercera etapa y de licitarla a principio de enero. ¿Y cuál era la política de la derecha de la facultad para esto? Decir que en lugar de reclamarle al estado por sus responsabilidades, en lugar de exigir al gobierno las partidas presupuestarias necesarias para que la obra avance, ese reclamo debía hacérsele a “la oposición”.
Ganamos que la facultad garantice becas para los estudiantes que las necesiten. ¿Y cuál era la política de la derecha de la facultad para esto? Decir que este histórico reclamo era una disputa por “prebendas”. Cagándose en los cientos de estudiantes que necesitan esta ayuda para estudiar y en el esfuerzo que hace día a día el Centro de Estudiantes asignando becas.
Ganamos un comedor para Constitución bajo control estudiantil. ¿Y cuál era la política de la derecha de la facultad para esto? Decir que había que esperar la decisión de la gestión de la facultad, la cual venía sugiriendo que el comedor definitivo debía licitarse entre privados. Confiar en quienes tardaron más de tres años y un mes de toma para reconocer la necesidad de un comedor en el nuevo edificio.
No sólo le ganamos a la derecha de la facultad sino que obtuvimos un triunfo frente a un gobierno que pretende que no hay reclamos que se le puedan hacer y que no queda ya lugar para la lucha social. En este sentido, es un triunfo de Sociales pero también un triunfo importante para la izquierda, para todos los que venimos luchando en organizaciones obreras, territoriales o estudiantiles. Para todos los que seguimos luchando por otra sociedad.
Es una cuestión de honor reconocer a quienes sostuvieron, hombro a hombro con nosotros, las medidas de lucha. Con sus cuerpos y con perspectivas políticas que no eran prisioneras de mezquindades ni divisionismos. Así queremos mencionar al FER, a Contrahegemonía, a CECA y, especialmente, al activismo no agrupado que mostró una consecuencia y una madurez política que fueron distintivas de este proceso de lucha.
Este triunfo nos deja fortalecidos para los luchas que nos quedan. En Sociales ya no se lucha bajo extorsión sino con orgullo y alegría.
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